Realizar de forma regular y sistemática una actividad física ha demostrado ser una práctica muy beneficiosa en la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, a la vez que ayuda al carácter, la disciplina y a la toma de decisiones en la vida cotidiana.
El ejercicio físico, ya sea de corta o larga duración, contribuye a establecer un bienestar mental, mejorando la autonomía de la persona, la memoria, rapidez de ideas, etcétera, y promoviendo sensaciones como el optimismo o la euforia, al tiempo que se mejora la autoestima de las personas, lo que produce beneficios en diferentes enfermedades como la osteoporosis, la hipertensión o las crisis diabéticas.
¿QUÉ BENEFICIOS SE OBTIENEN DEL EJERCICIO?
Incluir el ejercicio en la rutina puede afectar su vida de manera positiva. El ejercicio puede:
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Reducir el riesgo de padecer de una enfermedad cardíaca, hipertensión arterial, osteoporosis, diabetes y obesidad.
Mantener la flexibilidad de las articulaciones, tendones y ligamentos, lo que facilita el movimiento y disminuye las probabilidades de sufrir caídas.
Reducir algunos de los efectos del envejecimiento, especialmente los malestares ocasionados por la osteoartritis.
Contribuir al bienestar mental y ayudar a tratar la depresión.
Ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad.
Aumentar la energía y la resistencia.
Mejorar el sueño.
Ayudar a mantener un peso normal al acelerar el metabolismo (la velocidad a la que el cuerpo quema calorías).