En su quinto mes de embarazo, los médicos le expresaron a Abbey Ahern que su hija Annie iba a nacer con anencefalia, una enfermedad que no le consentiría vivir más que unas horas. Inversamente de esto, Abbey resolvió continuar con su embarazo con una única misión; donar los órganos de su hija para otros niños.
Publicidad:Annie nació en junio de 2016 y pudo intervenir casi 15 horas con sus padres y con el resto de la familia. No obstante, sólo se lograron donar sus válvulas cardíacas debido a los bajos niveles de oxígeno de su cuerpo en el resto de órganos de su cuerpo, sin embargo estos después fueron utilizados para investigar.