Dicen que no existe el crimen perfecto y que siempre hay algo que delata al que lo comete. En este caso, una mujer fue condenada por el delito de homicidio, luego de que su loro, quien fue testigo presencial, confesara los hechos. Sí, así como leer. Por un loro.
Publicidad:Resulta que el ave no dejaba de repetir la frase “¡Don’t fucking shoot!” (¡no dispares, maldita sea!), luego de que Glenna Duram, de 49 años, asesinara a su esposo al dispararle en cinco oportunidades. A pesar de que el tribunal no aceptó la solicitud de la fiscalía de subir al estrado al animal en calidad de testigo, la mujer fue condenada a prisión. El hecho ocurrió en mayo de 2015.
Así que si has considerado adoptar un loro, piénsalo dos veces, no vaya a ser que luego te delate en alguna travesura que hayas hecho, no necesariamente por un homicidio.
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